domingo, 30 de marzo de 2008

Deslices de Kenneth Ford

Samuel y Alice son un maduro y feliz matrimonio, al menos en apariencia. Alice va a pasar unos días a Montreal, a casa de su madre convaleciente, y Samuel aprovecha esos días que pasa solo en casa para acostarse con una prostituta. Lo tiene todo planeado desde hace tiempo: ha acumulado efectivo de su tarjeta de crédito para pagarle, ha ido al médico para que le recete Viagra, e incluso tiene elegida a la prostituta, que publica un anuncio semanal en el periódico. Su nombre es Alice. Por supuesto, nada sale como Samuel tiene planeado: todos los hoteles de la ciudad están colapsados por un congreso de proctólogos, un mensaje anónimo en el contestador automático le hace sospechar sobre el verdadero motivo del viaje de su esposa, su cuñado viene a devolverle una sombrilla de playa en el peor momento, la Viagra tiene insospechados efectos secundarios, el alambique del sótano comienza a fermentar saltándose todas las leyes de Newton y Alice, bueno, Alice es mucho más de lo que Samuel podría esperar.Un argumento a medio camino entre Wilt y un hipotético Los Hermanos Marx se van de putas, la novela es un delirio de giros y ocurrencias perfectamente engarzados. Como toda gran comedia, las cargas de profundidad son potentes pero de sabor dulce, dinamitando todos los pilares de nuestra sociedad (familia, sexo, religión, trabajo, drogas...) a base de carcajadas.
Con esta novela, Kenneth Ford, un señor canadiense con cara de cachondo mental (con corbata granate en la foto), ganó el premio Green Vinegar de novela en su edición de 2006. Nos alegramos enormemente de que un certamen tan serio premie una comedia, posibilitando además su publicación en nuestra lengua (por Ediciones Clarinete). Muy recomendable.

No hay comentarios: